domingo, 19 de abril de 2009

Vidas divergentes (II): Luis Mariano y Luis Fabiano



Mariano Eusebio González y García (1914-1970) fue conocido artísticamente como Luis Mariano. Alcanzó gran notoriedad como tenor y cantante de operetas y películas musicales durante los años cincuenta y sesenta, especialmente en Francia. Su familia se exilió a comienzos de la Guerra Civil Española marchando desde Irún hasta Burdeos, donde su padre trabajó como mecánico. Fue admitido en el Conservatorio de dicah ciudad y tomó la decisión de ser cantante de ópera. En 1940, conoció a Jeanne Lagiscarde, director de la casa de discos Bermond y de ese modo se introdujo en los medios artísticos de Burdeos. Lagiscarde le convenció para probar fortuna en París. Allí viajaron ambos con una recomendación para el tenor y profesor de canto Michel Fontécha. Los primeros meses fueron muy duros pero en 1943, gracias a Guy Lafarge, conocieron a Max de Rieux quien lo contrató para hacer el papel de «Ernesto» en Don Pasquale. Posteriormente se entrevistó con el compositor de origen vasco Francis López. Los programas de variedades y las galas se sucedieron, alcanzando su primer éxito el 24 de diciembre de 1945 con la opereta Bella de Cádiz.


En 1946, Luis Mariano rodó su primera película, Carga clandestina. Durante los años siguientes su popularidad fue en aumento. Su colaboración con Francis López consiguió los efectos deseados: el éxito en el teatro con Cantor de México (1951) y en el cine junto a Carmen Sevilla en Violetas Imperiales (1952). Entre 1946 y 1958, Luis Mariano hizo quince operetas musicales y películas; operetas creadas por López o por otros, como, entre otras, Cuatro días en París o A Jamaica , y películas musicales como las dos citadas o Historia del cantar, El aventurero de Sevilla, Sérénade en Texas o Tzarevitch. A comienzos de los sesenta, la opereta comenzó a refugiarse en los teatros especializados. Luis Mariano fue solicitado por las televisiones y sus actuaciones continuaron teniendo éxito. A finales de los sesenta Luis Mariano se sentía cansado y enfermo. Murió el 14 de julio de 1970 en París.



Sus restos descansan en el cementerio de Arcangues, en el País Vasco francés. Su tumba siempre está cubierta de flores y recibe la visita de numerosos fans, a pesar de los años transcurridos desde su muerte.



Luís Fabiano Clemente (Campinas, Estado de São Paulo, Brasil, 8 de noviembre de 1980), futbolista brasileño nacionalizado español. Juega de delantero y su equipo actual es el Sevilla FC. Ha sido internacional con la Selección de fútbol de Brasil, ha jugado 17 partidos internacionales y ha anotado 8 goles, entrando de nuevo en las listas de convocados de Brasil. Al que ve a Luís Fabiano Clemente hoy, anotando un gol tras otro en el Sevilla FC y dueño de la codiciadísima camisa 9 de la selección brasileña, le cuesta creer que a lo largo de su carrera el delantero haya vivido tantos momentos difíciles. De su traspaso frustrado al Rennes francés, cuando tenía apenas 18 años, a la temporada que vivió en Portugal, el goleador de 28 años ha tenido que superar numerosos desafíos antes de contar con una aprobación casi unánime.


Copas internacionales

Título
Copa Intercontinental Porto Portugal 2004
Copa UEFA Sevilla FC España 2006
Supercopa de Europa Sevilla FC España 2006
Copa UEFA Sevilla FC España 2007
Copa del Rey Sevilla FC España 2007
Supercopa de España Sevilla FC España 2007

Cabe esperar que el futbolista siga su exitosa carrera y no empiece a cantar demasiado pronto...

Vidas divergentes: Steeve Mc Queen y Jonathan Sesma...




Las Vidas paralelas (Bioi parallēlloi) son una colección biográfica de Plutarco (s. I) que contiene veintitrés pares de biografías, donde cada par incluye la oposición de un personaje griego a otro romano. Serían por tanto un total de unas cincuenta biografías, de las que cuarenta y dos se agrupan por parejas. El objetivo de Plutarco consiste en extraer, en cada caso, el carácter moral del personaje, antes que la narración de los acontecimientos políticos de la época; de ahí el tratamiento exhaustivo sobre la educación y natural disposición del personaje, y el relato de anécdotas, calculado para revelar la naturaleza del hombre; un lance, una palabra, algún juego que aclara más las cosas sobre las disposiciones naturales de los hombres que las grandes batallas ganadas.

Conscientes de nuestras limitaciones, aqui no proponemos vidas paralelas, sino más bien divergentes (Plutarco también lo hizo, de forma excepcional). Empezaremos con dos a ver si les gusta...Steeve Mc Queen y Jonathan Sesma...¿Que les parece?



Steve McQueen (1930 –1980) fue un actor estadounidense, apodado "The King of Cool". Fue nominado a los premios de la Academia por su papel en
The Sand Pebbles, película de 1966. Algunas de sus películas más conocidas son: El coloso en llamas realizada en 1974 junto a otros grandes actores como Paul Newman o William Holden, Papillon en 1973, Le Mans en 1971, o El caso de Thomas Crown en 1968. Murió a la temprana edad de cincuenta años, en Juárez (México) a causa fue un ataque de corazón como consecuencia del intensivo tratamiento contra el cáncer de pulmón al que estaba siendo sometido. Su vida sentimental fue siempre inestable, se había casado con su tercera esposa, Barbara McQueen Brunsvold, en enero de ese mismo año. Anteriormente había estado casado otras dos veces, una de ellas con la actriz Ali MacGraw. Ambos matrimonios habían terminado en divorcio. Con su primera esposa tuvo un hijo y una hija.



Jonathan Sesma González (Las Palmas de Gran Canaria, 14 de noviembre de 1978) es un futbolista español. Juega de extremo izquierdo o delantero en el Real Valladolid.Formado futbolísticamente en la isla de Fuerteventura pasó por varios clubs de Segunda División B de las Islas Canarias hasta dar el salto profesional al Cádiz CF equipo donde se consagra como un centrocampista ofensivo y goleador. Jugó en dicho club hasta la temporada 2006/2007, tras la cual fue traspasado al Real Valladolid. Su vida personal carece de toda relevancia, aunque quizá algun día pueda ser actor de cine (rama latina) ya que nunca se sabe...

jueves, 16 de abril de 2009

PRUEBAS IRREFUTABLES DE QUE LA HUMANIDAD SE DIRIGE INEXORABLEMENTE HACIA LA ESTUPIDEZ



Mi amigo Franz Kapra me envía un suplemento al post anterior sobre las interpretaciones de Carlo M.Cipolla sobre la estupidez. Este es el texto:


Algunas instrucciones encontradas que aparecen en las etiquetas de diversos productos de consumo:

En una caja de jabón Dove

INDICACIONES: UTILIZAR COMO JABÓN NORMAL.

En algunas comidas congeladas Findus:

SUGERENCIA PARA SERVIR: DESCONGELAR PRIMERO.

En el postre Tiramisú marca Savory

(impreso en la parte de abajo de la caja):
NO DAR LA VUELTA AL ENVASE.

En un paquete de una plancha Rowenta:

NO PLANCHAR LA ROPA SOBRE EL CUERPO.

En un jarabe contra la tos para niños:

NO CONDUZCA AUTOMÓVILES NI MANEJE MAQUINARIA PESADA DESPUÉS DE USAR ESTE MEDICAMENTO.

En un cuchillo de cocina coreano:

IMPORTANTE: MANTENER FUERA DEL ALCANCE DE LOS NIÑOS Y LAS MASCOTAS.

En una tira de luces de Navidad fabricadas en China:

SÓLO PARA USAR EN EL INTERIOR O EN EL EXTERIOR

En un paquete de frutos secos de American Airlines:

INSTRUCCIONES: ABRIR EL PAQUETE, COMER LOS FRUTOS SECOS.

En una sierra eléctrica sueca:

NO INTENTE DETENER LA SIERRA CON LAS MANOS O LAS PIERNAS.

En la caja de un televisor Wauta TV340:

ANTES DE MIRAR UN PROGRAMA ENCIENDA EL TELEVISOR.

En el manual de un teclado RAZOR Keyboard XP:

SI SU TECLADO NO FUNCIONA, ESCRÍBANOS UN E-MAIL A: TECH@RAZOR.COM

De la lectura anterior se pueden extraer dos conclusiones, al menos:

1/ Es frecuente que los redactores de instrucciones sean estúpidos, lo cual no es una novedad; lo interesante es que piensan que los consumidores son aun mas lerdos que ellos...todo un consuelo, a fin de cuentas.

2/ Habida cuenta del origen variopinto e internacional de las instrucciones escritas, cabe descartar (en principio) que estén controladas por los Ministerios españoles de Sanidad (o Hacienda) aunque nunca se sabe.

martes, 7 de abril de 2009

Un nuevo corolario de la teoría de Carlo M. Cipolla sobre la estupidez.



Al hilo del post anterior y para la elaboración de este corolario, debemos fijarnos especialmente en la clase de individuos que se sitúan en los ejes de abcisas y ordenadas del esquema propuesto por Cipolla. De ese modo se obtendrán cuatro combinaciones compuestas, a saber:



1/ Los situados en la parte positiva del eje de abcisas, se corresponderían con una subespecie que denominaremos inteligentes-malvados (o viceversa); al estar situados en la línea cero del eje de ordenadas es obvio que no producen beneficio ni perjuicio para los demás pero conforme van situándose hacia la derecha, es decir, la zona más positiva, obtendrán un mayor beneficio propio (se harán ricos, en suma). A esta clase de individuos les importa un bledo lo que pueda ocurrir a sus semejantes, con lo cual (y por economía de lenguaje) los podríamos definir en la categoría “egoísta”. Conforme avancemos en el eje de abcisas encontraremos egoístas de mayor o menor riqueza, hasta llegar a un límite (no previsto por la teoría) del “egoísta infinitamente rico”. De igual modo, y en las proximidades del origen de coordenadas, encontraremos a los “egoístas pobres” que se acercan peligrosamente a la frontera de los incautos (y a la de los estúpidos). En cualquiera de los casos, existirá un límite en el lado positivo, ya que la cantidad de bienes a obtener es, forzosamente limitada. Veremos más adelante que eso no se produce en condiciones opuestas.



2/ En la parte negativa del eje de abcisas, encontramos la categoría del incauto-estúpido. Al igual que en el caso anterior, esta especie no procura beneficio ni perjuicio para la colectividad, y tiene tendencia a emprobecerse cuanto más se sitúa a la izquierda del eje. Por utilizar otro término simplificador, se puede denominar a esta subespecie como “inane” e igualmente existirán inanes pobres y otros que lo serán menos (aunque todos tienen un perjuicio personal. tampoco se conoce un límite exacto para la pobreza, aunque, obviamente los dos ejes no tienen en sus límites un aspecto simétrico: la pobreza absoluta se puede alcanzar, pero no así la acumulación de bienes, que puede ser infinita). En consecuencia, tendremos a una distancia discreta al inane hiper pobre, mientras que, en las zonas próximas al origen se situarán los inanes que tienden hacia el egoísmo, de modo que un inane que es algo rico se pasaría a la categoría de “egoísta pobre”.



3/ Los individuos situados en el eje de abcisas pertenecen a otra especie: se trata de personajes que carecen de ambición propia y no buscan beneficio (ni perjuicio) personales en su actividad. Los de la parte superior buscarían el beneficio para los demás, creciente cuanto mayor sea la distancia al origen de coordenadas. De acuerdo con la metodología establecida por Cipolla, cabría calificar a estos seres como incauto- inteligentes, ya que el autor establece que la inteligencia supone actuar siempre con algo de beneficio propio, aunque también beneficiando a los demás, mientras que ese comportamiento con perjuicio propio pertenece a los incautos. En este límite, cabría diferir de esas definiciones, pues pueden existir personas que busquen el beneficio de los demás sin esperar recompensa alguna.

Esa suele ser la definición de la filantropía, que abarca a las personas que se distinguen por el amor a sus semejantes y por sus obras en bien de la comunidad. En este sentido, existirían pequeños filántropos, próximos al origen de coordenadas que solamente actuarán de forma beneficiosa para sus semejantes en contadas ocasiones (aunque siempre sin perjudicarse a ellos mismos): sería el ejemplo del filántropo vago, alguien que ejerce su profesión sin gana o sólo ocasionalmente. En el extremo opuesto positivo, el límite estaría en el filántropo activo, que podría beneficiar a la humanidad, incluso después de su muerte, como los grandes científicos, sabios o mecenas de los que la humanidad ha disfrutado o disfruta.



4/ La parte negativa del eje de ordenadas se correspondería con el estúpido-malvado en estado puro: alguien que no gana ni pierde, pero que siempre perjudica a los demás. Entraríamos así en la categoría de los disolutos, depravados, libertinos, licenciosos o disipados, aunque sería difícil encontrar entre estas clases de individuos alguno que no actuara mínimamente en beneficio propio. La clase de gente con la que aquí nos encontramos parece ser de otra especie, pues la estupidez conlleva siempre un perjuicio para uno mismo. Claro que también la maldad conlleva un cierto beneficio propio, siempre a costa de la desgracia ajena. En realidad, un personaje que no busca beneficio ni perjuicio propio, pero que busca el mal para los demás podría pertenecer al mismísimo eje del mal puro, un mal que no ostenta beneficio propio, algo extracorpóreo que podría asimilarse a algún demonio antiguo o mitológico. Según esas creencias, los demonios no buscarían beneficios ni perjuicios en su acción, pues solamente se deben al puro mal. Así, denominaremos a esta categoría como demoníaca, de modo que los que se situasen cerca del origen serían demonios menores, pequeños súcubos indolentes que no generan mayores males, mientras que los que se alejasen mucho del mismo, serían personajes de la categoría de Satanás o Belcebú.



Obsérvese que este eje carece de final conocido, ya que la cantidad de perjuicios para la comunidad es infinita, contrariamente a los bienes que son forzosamente limitados. La ruina propia del individuo si puede ser limitada, pero no así la de la comunidad que parece no tener límite alguno. Por esa razón, la condición de malvado-estúpido puro podría llegar al infinito.

viernes, 3 de abril de 2009

Las leyes fundamentales de la estupidez humana




(basado en Cipolla
(1988), Allegro ma non troppo )


Primera Ley Fundamental: Siempre e inevitablemente todos subestiman el número de individuos estúpidos en circulación

A primera vista esta afirmación puede parecer trivial, o más bien obvia, o poco generosa, o quizá las tres cosas a la vez. Sin embargo, un examen más atento revela de lleno la rotunda veracidad de esta afirmación. Cipolla considera que por muy alta que sea la estimación cuantitativa que se haga de la estupidez humana, siempre quedaremos sorprendidos de forma repetida y recurrente por el hecho de que:

  1. personas que uno ha considerado racionales e inteligentes en el pasado resultan ser inequívocamente estúpidas;

  2. día tras día, con una monotonía incesante, vemos cómo entorpecen y obstaculizan nuestra actividad individuos obstinadamente estúpidos, que aparecen de improviso e inesperadamente en los lugares y en los momentos menos oportunos.

La Primera Ley Fundamental impide la atribución de un valor numérico a la fracción de personas estúpidas respecto del total de la población. Cualquier estimación numérica resultaría ser una subestimación. Por ello en las líneas que siguen se designará la proporción de personas estúpidas en el seno de una población con el símbolo σ.

Segunda Ley Fundamental: La probabilidad de que cierta persona sea estúpida es independiente de cualquier otra característica de esa persona.

No todos los humanos son iguales ya que unos son más estúpidos que otros. Según Cipolla, el grado de estupidez viene determinado genéticamente por la naturaleza pero no está asociado a ninguna otra característica de raza, sexo, nacionalidad o profesión.

El profesor Cipolla realizó amplios estudios demográficos con muy diversos sectores de la población. Inicialmente afirma haber comprobado que entre los trabajadores "de cuello azul" existía una fracción σ de estúpidos y que esa fracción era mayor de lo que esperaba, con lo que se confirmaba la primera Ley. Sospechando que podía deberse a falta de cultura o a marginalidad social estudió muestras de trabajadores "de cuello blanco" y a estudiantes, comprobando que entre ellos se mantenía la misma proporción. Más sorprendido aún quedó al medir el mismo parámetro entre los profesores de universidad. Decidió por tanto expandir sus estudios hasta la élite de la sociedad, los laureados con el Premio Nobel. El resultado confirmó el poder supremo de la naturaleza: una proporción σ de laureados con el Nobel son estúpidos.

Tercera Ley Fundamental (o de Oro): una persona estúpida es aquella que causa pérdidas a otra persona o grupo de personas sin obtener ninguna ganancia para sí mismo e incluso incurriendo en pérdidas.

El análisis de costes y beneficios de Carlo M. Cipolla permite clasificar a los seres humanos en cuatro tipos de personas, cada uno de los cuales ocupa un cuadrante en un sistema de coordenadas. Si representamos en el eje de abcisas el beneficio, positivo o negativo, que obtiene el individuo y en el eje de ordenadas el beneficio (+) o coste (-) que causa a los demás, podemos definir y estimar las coordenadas de los siguientes tipos:

  • Desgraciado (D): aquel que se causa un perjuicio a sí mismo, beneficiando a los demás.

  • Inteligente (I): aquel que se beneficia a sí mismo, beneficiando a los demás.

  • Bandido (B): aquel que obtiene beneficios para sí mismo, perjudicando a los demás.

  • Estúpido (E): aquel que causa pérdidas a otros, perjudicándose a la vez a sí mismo.

Distribución de Frecuencia

La mayoría de los individuos no actúa consistentemente. Bajo ciertas circunstancias una persona puede actuar inteligentemente y en otras actuar como desgraciado. La única importante excepción a esta regla es la de las personas estúpidas que normalmente muestran una fuerte tendencia hacia un comportamiento estúpido en cualquier actividad o empresa. Para los demás, podremos calcular su posición en el eje de coordenadas del gráfico 1 como una media de los resultados de sus acciones en términos de costes y beneficios causados sobre sí mismos y sobre los demás. Esta posibilidad nos permite hacer la siguiente digresión:

Consideraremos un "bandido perfecto" aquel que mediante sus acciones obtiene para sí mismo un beneficio igual al coste que origina en los demás. Es el caso del ladrón que roba a otro cien euros sin causarle ningún coste adicional. Esta situación puede ser definida como un "juego de suma cero" en el que el conjunto de la sociedad ni gana ni pierde. El "bandido perfecto" quedaría representado en el eje de coordenadas del gráfico 2 sobre la línea OM que bisecta el cuadrante B.

Sin embargo los "bandidos perfectos" son relativamente escasos. Es más frecuente que haya "bandidos inteligentes" (Bi) que obtienen más beneficios que los costes que causan, o "bandidos estúpidos" (Be), que para obtener algún beneficio causan un coste alto a los demás. Desgraciadamente los bandidos que permanecen por encima de la línea OM son relativamente poco numerosos. Es mucho más frecuente el individuo Be. Ejemplo de este último puede ser el ladrón que destroza los cristales de un coche para robar su radio o el que asesina a alguien para irse con su mujer a pasar un fin de semana en Montecarlo.

El poder de la estupidez

Los estúpidos son peligrosos y funestos porque a las personas razonables les resulta difícil imaginar y entender un comportamiento estúpido. Una persona inteligente puede entender la lógica de un bandido. Las acciones de un bandido siguen un modelo de racionalidad. El bandido quiere obtener beneficios. Puesto que no es suficientemente inteligente como para imaginar métodos con que obtener beneficios para sí procurando también beneficios a los demás, deberá obtener su beneficio causando pérdidas a su prójimo. Ciertamente, esto no es justo, pero es racional, y siendo racional, puede preverse. En definitiva, las relaciones con un bandido son posibles puesto que sus sucias maniobras y sus deplorables aspiraciones pueden preverse y, en la mayoría de los casos, se puede preparar la oportuna defensa.

Con una persona estúpida todo esto es absolutamente imposible. Tal como está implícito en la Tercera Ley Fundamental, una criatura estúpida nos perseguirá sin razón, sin un plan preciso, en los momentos y lugares más improbables y más impensables. No existe modo racional de prever si, cuando, cómo y por qué, una criatura estúpida llevará a cabo su ataque. Frente a un individuo estúpido, uno está completamente desarmado.

Puesto que las acciones de una persona estúpida no se ajustan a las reglas de la racionalidad, es lógico pensar que tienen todas las de ganar porque:

  1. generalmente el ataque nos coge por sorpresa.

  2. incluso cuando se tiene conocimiento del ataque, no es posible organizar una defensa racional porque el ataque, en sí mismo, carece de cualquier tipo de estructura racional.

El hecho de que la actividad y los movimientos de una criatura estúpida sean absolutamente erráticos e irracionales, no sólo hace problemática la defensa, sino que hace extremadamente difícil cualquier contraataque. Y hay que tener en cuenta también otra circunstancia: la persona inteligente sabe que es inteligente; el bandido es consciente de que es un bandido y el desgraciado incauto está penosamente imbuido del sentido de su propia candidez. Pero al contrario que todos estos personajes, el estúpido no sabe que es estúpido y esto contribuye en gran medida a dar mayor fuerza, incidencia y eficacia a su poder devastador.

Cuarta Ley Fundamental: Las personas no estúpidas subestiman siempre el potencial nocivo de las personas estúpidas. Los no estúpidos, en especial, olvidan constantemente que en cualquier momento, lugar y circunstancia, tratar y/o asociarse con individuos estúpidos se manifiesta infaliblemente como un costosísimo error.

No hay que asombrarse de que las personas desgraciadas e incautas, es decir, las que en los gráficos 1 y 2 se sitúan en el cuadrante D, no reconozcan la peligrosidad de las personas estúpidas. El hecho no representa sino una manifestación más de su falta de previsión. Pero lo que resulta verdaderamente sorprendente es que tampoco las personas inteligentes ni los bandidos consiguen muchas veces reconocer el poder devastador y destructor de la estupidez. Es extremadamente difícil explicar por qué sucede esto. Se puede tan sólo formular la hipótesis de que, a menudo, tanto los inteligentes como los bandidos, cuando son abordados por individuos estúpidos, cometen el error de abandonarse a sentimientos de autocomplacencia y desprecio en lugar de preparar la defensa y segregar inmediatamente cantidades ingentes de adrenalina ante tamaña situación de peligro.

Uno de los errores más comunes es llegar a creer que una persona estúpida sólo se hace daño a sí misma, pero esto no es más que confundir la estupidez por la candidez de los desgraciados.

A veces hasta se puede caer en la tentación de asociarse con un individuo estúpido con el objeto de utilizarlo en provecho propio. Tal maniobra no puede tener más que efectos desastrosos porque:

a) está basada en la total incomprensión de la naturaleza esencial de la estupidez y
b) da a la persona estúpida la oportunidad de desarrollar sus capacidades aún más allá de lo originalmente supuesto. Uno puede hacerse la ilusión de que está manipulando a una persona estúpida y, hasta cierto punto, puede que incluso lo consiga, pero debido al comportamiento errático del estúpido, no se pueden prever todas sus acciones y reacciones y muy pronto uno se verá arruinado y destruido sin remedio.

A lo largo de los siglos, en la vida pública y privada, innumerables personas no han tenido en cuenta la Cuarta Ley Fundamental y esto ha ocasionado pérdidas incalculables.



Macroanálisis y Quinta Ley Fundamental: La persona estúpida es el tipo de persona más peligrosa que existe.

Las consideraciones finales de la Ley cuarta nos conducen a un análisis de tipo "macro", según el cual, en lugar del bienestar individual, se toma en consideración el bienestar de la sociedad, definido, en este contexto, como la suma algebraica de las condiciones del bienestar individual. Es esencial para efectuar este análisis una completa comprensión de la Quinta Ley Fundamental. No obstante, es preciso añadir que de las cinco leyes fundamentales, la Quinta es, de largo, las más conocida.

El corolario de la ley dice así:

El estúpido es más peligroso que el bandido.


La formulación de la ley y el corolario son aún del tipo "micro". Sin embargo, tal como hemos anunciado anteriormente, la ley y su corolario tienen profundas implicaciones de naturaleza "macro". Si todos los miembros de una sociedad fuesen bandidos perfectos, la sociedad quedaría en una situación estancada pero no se producirían grandes desastres. Todo quedaría reducido a transferencias masivas de riqueza y bienestar. Pero cuando los estúpidos entran en acción las cosas cambian completamente. La personas estúpidas ocasionan pérdidas a otras personas sin obtener ningún beneficio para ellas mismas y, por consiguiente, la sociedad entera se empobrece.

El gráfico 3 muestra un sistema de clasificación simple entre las acciones que causan beneficio o perjuicio a la sociedad como un todo. Toda actividad representable a la derecha de la línea NOM implica una redistribución con beneficio social neto, mientras que las actividades que caen a la izquierda o debajo de dicha línea implican pérdidas sociales netas.

El profesor Carlo M. Cipolla, erudito historiador que ha investigado intensamente la sociedad clásica romana, la sociedad medieval y muchas otras de la antigüedad, está perfectamente cualificado para afirmar, como hace, que el coeficiente σ es una constante histórica. ¿Por qué entonces unas sociedades prosperan y otras entran en decadencia? Depende exclusivamente de la capacidad de los individuos inteligentes para mantener a raya a los estúpidos.

Más aún: en las sociedades en decadencia, el porcentaje de individuos estúpidos sigue siendo igual a σ; sin embargo, en el resto de la población Cipolla observa, sobre todo entre los individuos que están en el poder, una alarmante proliferación de bandidos con un elevado porcentaje de estupidez. Y entre los que no están en el poder, un igualmente alarmante crecimiento del número de los desgraciados incautos. Tal cambio en la composición de la población de los no estúpidos es el que refuerza inevitablemente el poder destructivo de la fracción σ y conduce al país a la ruina.

Más en http://www.eumed.net/cursecon/economistas/Cipolla.htm

jueves, 2 de abril de 2009

Dos Corbachos por el precio de uno...



Giovanni Boccaccio nació en junio o julio de 1313, hijo ilegítimo del mercader Boccaccio (Boccaccino) di Chellino, agente de la poderosa compañía mercantil de los Bardi. Nada se sabe con certeza acerca de la identidad de su madre. Se discute dónde nació Boccaccio: pudo haber nacido en Florencia, en Certaldo o, incluso, según algunas fuentes, en París, lugar al que su padre debía desplazarse a menudo por razón de su trabajo. Se sabe que su infancia transcurrió en Florencia, y que fue acogido y educado por su padre, e incluso continuó viviendo en la casa paterna después de 1319, cuando el mercader contrajo matrimonio con Margherita dei Mardoli. Boccaccio vivió en Florencia hasta 1325 o 1327, cuando fue enviado por su padre a trabajar en la oficina que la compañía de los Bardi tenía en Nápoles.



Como Boccaccio mostrara escasa inclinación hacia los negocios, el padre decidió en 1331 encaminarlo hacia el estudio del derecho canónico. Tras un nuevo fracaso, se dedicó por entero a las letras, bajo la tutela de destacados eruditos de la corte napolitana, como Paolo da Perugia y Andalò di Negro. Frecuentó el ambiente refinado de la corte de Roberto de Anjou, de quien su padre era amigo personal. Entre 1330 y 1331 enseñó Derecho en la Universidad de Nápoles. En diciembre de 1340, después de al menos trece años en Nápoles, tuvo que regresar a Florencia a causa de un grave revés financiero sufrido por su padre. Entre 1346 y 1348 vivió en Rávena, en la corte de Ostasio da Polenta, y en Forlì, como huésped de Francesco Ordelaffi; allí conoció a los poetas Nereo Morandi y Checco di Melletto, con los cuales mantuvo después correspondencia. En 1348 regresó a Florencia, donde fue testigo de la peste que describe en el Decamerón. En 1349 murió su padre, y Boccaccio se estableció definitivamente en Florencia, para ocuparse de lo que quedaba de los bienes de su padre. El Decamerón fue compuesto durante la primera etapa de su estancia en Florencia, entre 1349 y 1351. Su éxito le valió ser designado por sus conciudadanos para el desempeño de varios cargos públicos y diplomáticos.



En 1351 le fue confiado el encargo de desplazarse a Padua, donde vivía Petrarca, a quien había conocido el año anterior, para invitarlo a instalarse en Florencia como profesor. Aunque Petrarca no aceptó la propuesta, entre ambos escritores nació una sincera amistad que se prolongaría hasta la muerte de Petrarca, en 1374. La tranquila vida de estudioso que Boccaccio llevaba en Florencia fue interrumpida bruscamente por la visita del monje sienés Gioacchino Ciani, quien lo exhortó a abandonar la literatura y los argumentos profanos. El monje causó tal impresión en Boccaccio que el autor llegó a pensar en quemar sus obras, de lo que fue afortunadamente disuadido por Petrarca.



En 1362 se trasladó a Nápoles, esperando encontrar allí una ocupación que le permitiese retomar la vida activa y serena que había llevado en el pasado. Sin embargo, la ciudad de Nápoles en la época de Juana I de Anjou era muy diferente de la ciudad próspera, culta y serena que había conocido en su juventud. Boccaccio, decepcionado, la abandonó pronto. Tras una breve estancia en Venecia, en torno al año 1370 se retiró a su casa de Certaldo, cerca de Florencia, para vivir aislado y poder así dedicarse a la meditación religiosa y al estudio, actividades que sólo interrumpieron algunos breves viajes a Nápoles. En el último período de su vida recibió del ayuntamiento de Florencia el encargo de realizar una lectura pública de La Divina Comedia de Dante, que no pudo concluir a causa de la enfermedad que le causó la muerte el 21 de diciembre de 1375.



El Corbacho (Corbaccio) fue escrito entre 1354 y 1355. Es un relato cuya trama, tenue y artificiosa, no es más que un pretexto para un debate moral y satírico. Tanto por su tono como por su finalidad, la obra se inscribe en la tradición de la literatura misógina. El título hace quizá referencia al cuervo, considerado un símbolo de mal augurio y de una pasión descontrolada; según otros hace referencia al español corbacho (vergajo con que el cómitre fustigaba a los galeotes). La obra lleva el subtítulo de Laberinto de amor (Laberinto d'Amore). La primera edición de esta obra se realizó en Florencia en 1487. Utiliza en este tratado moral las técnicas del sermón popular con una estructura que debe mucho al género del catecismo. La obra está dividida en cuatro partes que tienen por objeto explicar con detalle los perniciosos efectos del amor terrenal en el espíritu y en el cuerpo del hombre. La primera es un tratado contra la lujuria; la segunda, una sátira contra las mujeres de toda condición; las dos últimas partes analizan las complexiones de los hombres y sus diferentes inclinaciones a amar.



El tono misógino del Corbacho es probablemente consecuencia de la crisis que en Boccaccio produjo su relación con el monje sienés. La composición tiene su origen en un enamoramiento poco exitoso de Boccaccio. Ya cuarentón, se enamoró de una bella viuda y le escribió cartas requiriéndola de amores. La mujer mostró las cartas a sus allegados, burlándose de Boccaccio por su origen plebeyo y por su edad. El libro es la venganza del autor, que no dirige sólo contra la viuda, sino contra todo el sexo femenino. El autor sueña que se mueve por lugares encantadores (las lisonjas del amor), cuando de repente se encuentra en una inextricable selva, el Laberinto de amor, llamado también la Pocilga de Venus. Allí, convertidos en animales, expían sus pecados los miserables engañados por el amor de la mujer. Aparece el espectro del difunto marido de la viuda, quien le relata minuciosamente los innumerables vicios y defectos de su esposa. Como penitencia ordena a Boccaccio que revele lo que ha visto y oído. Relacionado con la literatura misógina medieval, El Corbacho se detiene a analizar los defectos de las mujeres y establece conexiones entre la astrología,la medicina de la época y el pecado capital de la lujuria.



Celestino Corbacho, nacido en Valverde de Leganés en 1949, fue alcalde de L'Hospitalet de Llobregat. A los trece años decidió seguir los pasos de dos de sus hermanos, que habían emigrado a Barcelona. Poco después de su llegada a esta ciudad comenzó a trabajar, como aprendiz en una imprenta. Tras una estancia inicial con sus hermanos en Barcelona, se mudaron a Hospitalet de Llobregat. Cómo llegó a ser alcalde, es algo que la gran mayoría de la población de esa ciudad desconoce.


Corbacho, como todos los socialistas de toda la vida, no se afilió a la federación catalana del PSOE hasta después de la muerte de Franco. En 1982 fue elegido primer secretario del PSC en L'Hospitalet, y en las elecciones municipales de 1983, las segundas de la democracia, fue elegido concejal. El PSC ya había ganado en 1979 pero tuvo que pactar con el PSUC para gobernar. Ser concejal nada para don Celestino: poco a poco, el iletrado Corbacho fue escalando posiciones hasta que fue nombrado primer teniente de alcalde y responsable de Urbanismo. Y ahí empezó su asalto: desde su despacho del ayuntamiento, se convirtió en el único jefe de la oposición del alcalde. Con tal de buscarle el máximo de dolores de cabeza al entonces alcalde, Corbacho hasta se buscó a un jefe de prensa propio, al margen del Gabinete de Comunicación municipal, pero igualmente con cargo a los presupuestos.



En 1983 fue elegido diputado provincial, manteniendo desde entonces el cargo de vicepresidente primero de la Diputación Provincial de Barcelona. Corría el mes de mayo de 1994 cuando Juan Ignacio Pujana se veía obligado a presentar su dimisión como alcalde de la segunda ciudad de Cataluña al ser imputado por presunto cobro de comisiones en la concesión de obras de un aparcamiento municipal. Hospitalet tendría el dudoso honor de ser la primera población española en tener un político condenado por tráfico de influencias en la historia de la democracia. Lo que muy poca gente sabe es que toda esta historia de la corrupción fue desvelada por don Celestino, con reuniones secretas con algún portavoz de otro partido de la ciudad y entrega de documentos incluída. El número dos del PSC en Hospitalet echaba al número uno. Tiempo después, se supo que Corbacho había contratado a un detective privado para espiar a concejales, funcionarios, empesarios y periodistas con dinero público. En 1995 llegaron unas nuevas elecciones municipales, y el PSC de Hospitalet volvió a ganar los comicios por mayoría absoluta cuatro concejales por el camino, pero con Corbacho ya encumbrado como líder cósmico.


Corbacho se convierte en persona muy ocupada. Y además de tener muchos compromisos, no contento con su sueldo de alcalde y las pingües primas por asistencia a diversos comités y consejos de administración, tiene en su haber otro mérito: el 22 de diciembre de 1995, a Corbacho le tocó la lotería. Catorce millones de pesetas e idéntico premio a otras noventa y cinco personas del ayuntamiento de Hospitalet, entre concejales del PSC, cargos de confianza y funcionarios. Los décimos habían sido regalados por el gerente de una empresa constructora que, casualmente, había sido adjudicataria en los años precedentes de numerosas concesiones municipales para la realización de obras. Corbacho fue imputado por el Tribunal Superior de Justícia de Catalunya, pero explicó que "acepté los décimos porque es una tradición muy arraigada en Navidad", Finalmente la causa fue sobreseída.



El 22 de abril de 2004 fue nombrado Presidente de la Diputación Provincial de Barcelona, sustituyendo al ex alcalde de Cornellá, primer secretario del PSC y Presidente de la Generalitat de Cataluña José Montilla, cuando fue nombrado ministro de Industria, Turismo y Comercio. Fue también miembro de las comisiones ejecutivas de la Federación de Municipios de Cataluña (FMC) y de la Federación Española de Municipios y Provincias (FEMP), donde formó parte de la comisión del gobierno local de la federación, órgano de negociación de los ayuntamientos con el Estado.

Fue vicepresidente de 1999 a 2001 en la FMC y en la FEMP ocupó la Presidencia de la Comisión Ciudadana y Protección Civil. El 12 de abril de 2008 fue designado Ministro de Trabajo e Inmigración en el gobierno presentado por José Luis Rodríguez Zapatero, abandonando sus cargos en el ayuntamiento de Hospitalet y en la Diputación Provincial de Barcelona. Celestino Corbacho es miembro de la Comisión Ejecutiva del PSC y Secretario de Política Local y Territorial. También forma parte del Comité Federal del PSOE, donde se integró en el año 2000 y participó en el 35 Congreso Federal donde salió escogido Secretario General del PSOE, José Luis Rodríguez Zapatero.