Tu coño, que adivino
latido de una orca,
el viento y su destino,
velocidad y tiempo
violento y clandestino
marino y somnoliento;
conocimiento estricto,
que distrae el momento
frágilmente y exacto
de mi boca: te siento
en distancias azules,
orificios de tules,
resplandores de cielo
flexibles, religiosos
que vuelan como posos
tu coño de pirámide,
de siglos y de años,
encerrado en el aire,
chispazos entre azahares,
moneda de los dioses,
tabacos y licores,
con sus guardas de plata
y batientes de fuego,
dulces componedores
y moneda acuñada
en débiles temblores,
su lengua que me dice
y murmura el silencio
que aprende, coronando,
tu rugiente corola
tan despierta y profunda
como un túnel en llamas
con su fuerza telúrica
empapada de besos;
el aceite de un arma,
su burdel, un tugurio
custodiado de lumbre,
su medida, precisa,
de párpado insistente
como bala de oro;
extremaunción de vértigo
que vence a tus amantes
entre luces y sombras,
envuelto entre sus sábanas;
tu coño prodigioso
de frágil terciopelo
palpita como un astro
azul, como los mares.
Ejercicio: descubra si este poema (y la ilustración que lo acompaña) pertenecen a una tipología horter@ erótic@ or not.
2 comentarios:
Haciendo un estudio pormenorizado de su poema le diría que al margen de que me parece muy bien escrito y descrito (su coño), un punto hortera tiene... en algunas o varias expresiones...
La imagen, diría yo que coños tan perfectos no existen, eso sí, original lo es...
Une caresse...
Me parece justo lo que me dice...
y lo mismo digo de lo de los coños, sip
bssssssssssssssss
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