sábado, 3 de mayo de 2008

Siguiendo con algo medio


La acariciaba suavemente, muy suavemente, rozaba su piel con las yemas de los dedos. Sabía que esas caricias en vez de placer le provocaban ansiedad, una tremenda ansiedad porque fueran más intensas, y éllo sabía y alargaba el momento hasta que ella con lágrimas en los ojos le pedía más, más fuerte, más duro. Entonces cogía sus pechos y los apretaba con fuerza, mordía sus pezones y ella empezaba a gritar de placer, mordía sus nalgas y su clítoris, y la oía gritar como si se fuera a acabar el mundo, le excitaban muchísimo sus gritos. Finalmente la penetraba con todas sus fuerzas, por detrás, como más le gustaba a ella, le metía la polla fuerte y duro, mientras ella seguía gritando y llorando de placer...


¿Hortera-provocón?

1 comentario:

Luc dijo...

Pues si que tiene un punto...asi es
M.